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¿Para qué sirven los cuencos tibetanos?
¿Está familiarizado con los cuencos tibetanos? ¿
O tal vez has oído hablar de los cuencos tibetanos? Esta técnica terapéutica, aún desconocida en nuestro país, se ha utilizado durante miles de años en el Himalaya y en otras partes de Asia. Utilizado en la meditación, utiliza los sonidos y sus vibraciones para actuar en nuestro cuerpo.
¿Te preguntas cómo? Aquí está nuestro desciframiento paso a paso de esta práctica ancestral cuyo poder ha sido estudiado por la ciencia.
Orígenes misteriosos.
Nadie puede decir con precisión cuándo se crearon estos cuencos, ni puede dar ninguna explicación probada de las circunstancias de su creación. Dicho esto, generalmente están fechados al menos en el 2000 AC. Se dice que fueron traídos al Tíbet por herreros nómadas del Lejano Oriente. Adeptos del chamanismo, una forma de espiritualidad que vincula a los humanos con la naturaleza, estos herreros consideraban que los sonidos y las canciones tenían poderes curativos.
Los tazones fueron tomados más tarde por el budismo. Los monjes budistas todavía las utilizan hoy en día para un gran número de prácticas y rituales, como la meditación, pero también para las ofrendas o la curación. Desde entonces, el Tíbet no es el único lugar donde se pueden encontrar: también están muy presentes en otros países asiáticos, como India y Nepal.
Varios materiales para formar un tazón
Los cuencos tibetanos, o cuencos tibetanos cantores, están hechos de una aleación de siete metales. El número siete también se refiere a las siete estrellas y a los siete días de la semana, así como a nuestros siete chakras, esos puntos de energía que, según las creencias budistas e indias, están dispersos por todo nuestro cuerpo.
En cada cuenco que ha sido creado según la tradición, por lo tanto, debe encontrar..:
- Dinero: asociado con la Luna y el lunes…
- Hierro: para marzo y martes
- Mercurio: para el planeta del mismo nombre y los miércoles
- Peltre: asociado con Júpiter y el jueves
- Cobre: vinculado al planeta Venus y al viernes
- Plomo: para Saturno y el sábado
- Oro al fin: para el sol y los domingos
Cada metal emite un sonido y una vibración específicos, y es de su armonía que se deriva el poder de los cuencos.
La armonía de las vibraciones
La eficacia de los cuencos tibetanos está en primer lugar ligada a un hecho: si se coloca un bafle cerca de un vaso de agua a una cierta frecuencia, las vibraciones causadas por la música harán que el agua se mueva. Sin embargo, nuestro cuerpo está hecho principalmente de agua. Los tazones jugarán en él.
La práctica de los cuencos tibetanos se basa en la convicción de que el estrés y las energías negativas traen malas vibraciones a nuestro cuerpo. Desafortunadamente, estas vibraciones no sólo pasan a través de nuestro cuerpo, nuestras células las almacenan.
Una sabia manipulación de los cuencos actuará sobre el agua contenida en nuestro cuerpo. El agua transmitirá entonces sus vibraciones a nuestras células, que acabarán vibrando al ritmo de la canción del cuenco. Así, nuestro organismo se sincronizará con los sonidos y vibraciones del cuenco. El objetivo es hacer desaparecer las malas vibraciones para restaurar el orden y el equilibrio.
Si creemos en el vínculo entre la mente y el cuerpo, estas vibraciones deberían ser capaces de actuar sobre las tensiones de nuestra mente y nuestro cerebro. Para ello, debemos ser capaces de sentir el sonido aceptando el hecho de que es una vibración y que nuestros oídos están lejos de ser la única parte de nuestro cuerpo que puede beneficiarse de ella.
Aunque algunos podrían dudar, la técnica parece funcionar para muchas personas. Por ejemplo, muchos terapeutas, como los psicoanalistas, utilizan cuencos tibetanos con sus clientes.
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Beneficios tanto físicos como mentales
La desaparición de las malas vibraciones que circulan en nuestro cuerpo da lugar a muchos beneficios.
Los cuencos tibetanos ayudan en particular a reducir nuestro nivel de estrés, a relajarnos y a mejorar la calidad de nuestro sueño. Además, fomentan nuestra creatividad y nos ayudan a luchar contra las demoras y los problemas de concentración. También nos ayudan a deshacernos de los malos hábitos y a afrontar las etapas difíciles de la vida como la separación y el duelo.
A nivel físico, los cuencos tibetanos pueden acompañarnos cuando estamos enfermos, participando en nuestro tratamiento. También pueden ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunológico y a aliviar muchas dolencias y trastornos físicos, como dolores de cabeza y problemas digestivos. Finalmente, ayudan a liberar todas nuestras tensiones físicas.
Por supuesto, no pueden resolver todo por su cuenta. Más bien, necesitas verlos como una herramienta que puedes usar para sentirte mejor en cuerpo y mente, como la meditación y los deportes, por ejemplo.
Entonces, en la práctica, ¿cómo funciona? Puedes disfrutar del poder de los tazones con un terapeuta que haya aprendido a usarlos, o puedes usarlos en casa para ayudarte a meditar.
¿Cómo se usa un tazón tibetano?
Los cuencos tibetanos en la terapia:
Durante una sesión en los cuencos tibetanos, te acostarás de espaldas y el terapeuta colocará cuencos de diferentes tamaños alrededor de ti y sobre tu cuerpo. La colocación de los cuencos no se hace al azar: cada cuenco causará diferentes vibraciones y por lo tanto debe ser colocado meticulosamente cerca de las partes correspondientes de su cuerpo.
Durante la sesión, el terapeuta tocará los cuencos de diferentes maneras para producir diferentes sonidos y vibraciones. Hay muchas maneras de provocar los sonidos: el terapeuta puede simplemente golpear el cuenco, con diferentes intensidades y objetos, o pasar un palo alrededor de él, pellizcarlo, frotarlo,… Los movimientos dependerán de lo que se quiera tratar. De hecho, cada sonido tiene una frecuencia diferente y causa diferentes vibraciones, que por lo tanto tendrán diferentes efectos en su cuerpo y mente.
Al ritmo de las acciones del terapeuta, las vibraciones, de diferentes intensidades, penetrarán en su cuerpo. Sentirás como si estuvieras recibiendo un masaje desde el interior. Es este masaje el que se supone que estimula y reequilibra tu cuerpo, tanto física como mentalmente.
Sin embargo, para que la terapia funcione, el trabajo debe venir de ti también. Más que escuchar los sonidos, necesitas enfocarte en ellos para sentirlos dentro de ti.
Los cuencos tibetanos en la meditación
Los gestos del terapeuta son calculados y requieren un aprendizaje para dominarlos. Pero también puedes usar un cuenco tibetano por tu cuenta y aprender a manejar los sonidos. Esto te ayudará a meditar.
Para ello, debe instalarse cómodamente en un lugar tranquilo, donde ningún ruido del exterior pueda venir a distraerle. Siéntate, toma un cuenco para cantar y ponlo en tus muslos. Si tu bol es demasiado grande, también puedes colocarlo delante de ti, ya sea en el suelo o en una mesa.
Cierra los ojos y tómate un tiempo para relajarte antes de empezar. Esto le permitirá ser mucho más receptivo a los sonidos del cuenco tibetano.
Hay varias maneras de hacer que el tazón cante y le aconsejamos que pruebe algunas de ellas para encontrar la que más le convenga.
Una de estas maneras es cepillar el borde superior del tazón con un mazo o con el dedo y rodearlo. Necesitarás girar continuamente para obtener un sonido consistente del tazón con movimientos lentos. El sonido es caprichoso: si vas demasiado despacio, eventualmente se desvanecerá, pero si vas demasiado rápido, tendrás sonidos parásitos. Así que tendrás que encontrar el ritmo del sonido para poder seguirlo.
Durante la práctica, mantenga los ojos cerrados para asegurarse de que se concentra sólo en ese sonido. Tendrá que prestarle mucha atención para lograr y mantener un sonido suave y puro. Es esta concentración la que te ayudará a entrar en un estado de meditación.
Cuando se usa de esta manera, el cuenco tibetano te enseñará a dejar de pensar en cualquier cosa excepto en tu objetivo. Te enseñará no sólo a vaciarte y a meditar, sino también a concentrarte. Por lo tanto, es un muy buen ejercicio si eres nuevo en el tema o si tienes problemas de concentración.
¿Qué tazón elegir?
Si quieres comprar un cuenco tibetano, primero presta atención a su composición. Algunos cuencos tibetanos son sólo imitaciones que no hacen los sonidos que hacen los cuencos tradicionales. Así que asegúrate de que el bol que estás a punto de comprar contiene todos los metales que hemos mencionado anteriormente.
Entonces, tendrás que elegir el tamaño del tazón. Dependiendo de su tamaño, los tazones dan un rango diferente de sonidos:
Los grandes cuencos, con un diámetro de al menos 25 cm, dan sonidos y vibraciones lentas y profundas que tienen la ventaja de calmar el cuerpo y la mente muy rápidamente.
Los cuencos con un diámetro de entre 12 y 25 cm emiten sonidos agudos y graves para una perfecta variedad y equilibrio. Además, se pueden manejar y manipular más fácilmente.
Los tazones más pequeños, de menos de 12 cm de diámetro, ofrecen sonidos más agudos. Su ventaja es principalmente su tamaño: son más fáciles de llevar.
Tendrás que elegir el grosor que prefieras, ya que esto también tendrá un impacto en el sonido del bol. En general, cuanto más grueso sea el tazón, más alto será el sonido. Por el contrario, cuanto más delgado es el tazón, más profundo es el sonido.
La autocuración que no sustituye al tratamiento
Los sonidos, ya sean cantados o emitidos por instrumentos, han sido el centro de muchos rituales, como los ritos de curación, desde el principio de los tiempos. Los cuencos tibetanos son parte de este contexto.
Sin embargo, aunque la ciencia reconoce el efecto de los sonidos en nuestro cuerpo y mente, esto no significa que los cuencos tibetanos te curen de todos tus males.
Ayudarán a superar las tensiones que el estrés y otras energías negativas han acumulado en su cuerpo. Por lo tanto, son un muy buen método para relajarse y desconectar. Pero sólo serán una ayuda en tu proceso de autocuración. Por lo tanto, si usted sufre de dolencias graves, este método sólo debe ser un complemento de un tratamiento real.
¿Alguna vez has probado los cuencos tibetanos? ¿Te atrevas a probarlo?
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